Minerva Mcgonagall antes de la Batalla Final
Aquella noche en Hogwarts, la cual era fría y oscura, todavía
se hallaba sumida en una calma demasiado tensa, pues nadie sabía que la batalla
final se iba a cernir sobre ellos en unas pocas horas.
Minerva Mcgonagall estaba en su despacho, el cual tenía
algunos retratos, entre ellos el de Albus Dumbledore, y también se hallaban
algunos objetos, como el sombrero seleccionador del colegio, el cual custodiaba
Mcgonagall. Minerva en ese momento entablaba conversación con el cuadro de
Albus Dumbledore, puesto que en el mundo mágico no es raro que los retratos
cobren vida por sí mismos, aunque este retrato tenía una particularidad, y es
que el profesor Dumbledore lo hechizo dándole un cierto nexo entre su alma y el
retrato, aportando una unión entre él y el cuadro. Ella y el retrato hablaban
sobre la situación actual del colegio, pero sobre todo hablaban de la posible
llegada de Harry Potter al pueblo de Hogsmeade.
¿Estás seguro Dumbledore? –pregunto Minerva al cuadro
preocupada- Sería algo demasiado peligroso, y Potter sabe que aquí lo único que
le espera es la muerte a manos de él.
Si, sin duda es Harry –contestó el retrato- yo mismo le
encargué hace un año una peligrosa tarea, y al parecer esta le ha llevado al castillo.
Minerva, necesito que le des tiempo por si acaso Voldemort se dispusiera a
atacar la escuela mientras Harry realiza la labor que le dejé.
No te preocupes, haré todo lo que esté en mi mano para
protegerlo-respondió Minerva-
En ese momento entro Filius Flitwick, profesor de
Encantamientos y jefe de la casa Ravenclaw.
Continuará....
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